jueves, diciembre 13, 2007

Balada de este payaso

Escribo, sin querer muchas veces, porque si no lo hago, adentro se me atascan las ideas.

Escribo, irremediablemente, como quien come porque necesita comer, como quien bebe porque necesita beber o anda y porque sí; moriría si no escribiese.

Los sofismas universales, las cósmicas y subterráneas leyes dinámicas me rigen, mi canción natural se abre más allá del espíritu, la ancha belleza subconciente, trágica, matemática, fúnebre, guía mis pasos en la oscura claridad; cruzo las épocas cantando como un gran sueño deforme.

Mi verdad es la tristeza, el corazón que flota en la angustia perfecta, una eximia resonancia unánime.


Los fenómenos convergen a ella y agrandan su sonoridad; y estas fatales manos van, sonámbulas, apartando la vida externa, conceptos, fórmulas, costumbres, apariencias.

Mi intuición sigue los caminos de las cosas, vidente, iluminada y abismal; todo se hace poesía en mis huesos. Llanto y nieblas lúgubres, dolor, sólo dolor bebo en los roñosos pechos de mi vida, no tengo hogar y mi ropa es pobre; sin embargo, mis baladas absurdas, inéditas, por la gracia de Dios, se vuelven monumentales, pariendo axiomas desde lo infinito; y su elocuencia errante, fabulosa y terrible, crea mundos e inventa universos continuamente.

En este atardecer me arrodillo junto a una inmensa y gris tristeza: la tristeza habla conmigo en aquel sordo lenguaje ingenuo del amor: hoy, tendido a la sombra de la realidad, he sentido el llanto de los muertos que me invitan a volar; oigo crecer y morir al maldito concepto del tiempo, los viajeros planetas, el sol que se pone al fondo de mis antiguos días lúgubres.

Mis pensamientos hacen sonar la melodía tenue de la soledad; voy caminando después del amor, caminando después de probar la vida, caminando hacia mi ataud.

Las campanas del tiempo repican y me sacan pica; el eco de mis pasos restalla en la eternidad.

Los bordes de mi amor tienen ojos y pies, músculos, alma, sensaciones, pequeñas costumbres modestas, simplisísimas, mínimas, de recién nacido.

Porque mi amor nació ya pasados muchos años desde que nació mi cuerpo y agoniza ahora, envuelto en una pena infinita.

Mi cuerpo se va a quedar solo, cuando mi amor muera de pena, porque no tiene espejo en que reflejar sus ganas. Entonces estaré muerto y caminando.

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