jueves, marzo 29, 2012

Si acaso...

Tu olor pasea por mi cuerpo aterido de silencio y me da pequeños cortes en el ánimo. Es recuerdo. Cruzo las puertas que confunden recuerdos con cenizas y me siento a esperar la guillotina del olvido... es duro hacerse cargo de las hecatombres que provoca el alma enferma; es duro asumir que cada detalle importa al punto de redimirte o hundirte en un pantano de tristezas. De noche tu silueta se extiende a mi lado, dormida casi alcanzo a tocarla... pero ya me es imposible recobrar su sonrisa. Dentro de mí el raudal de caricias que alguna vez nos bañó, no morirá jamás. Seré -después de la partida- un relámpago, viento, hielo fragmentado, arena de desierto que fluye hacia el infierno. Pero por si acaso llueve a tu paso y quieres secar tu cuerpo entre mis brazos... aquí estoy. Si el silencio te invade y recuerdas el amor extraño que nos dimos tantas veces, aquí estoy. Si regresas a humedecer tu boca con mis besos, aquí estoy. O si acaso, simplemente es de noche y te sientes sola, dejaré la puerta abierta. Al final, lo bueno y malo que he sido como hombre, con mis aciertos y caídas abismales, ha sido tuyo, como tuyo mi aliento, mis lágrimas, mis besos. Tu olor pasea por mi cuerpo aterido de silencio y me da pequeños cortes en el ánimo. Pero sólo es recuerdo y yo soy sólo un suspiro.

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