miércoles, junio 20, 2012

Dejo mis brazos caer

Dejo mis brazos caer. Dejo que el aire frío cale mis huesos más allá de lo soportable, para que me duela y en el dolor sentir que estoy vivo, que no soy un juego mental de algún satírico fantasma. Dejo mis brazos caer, caigo por la pendiente. Toda la vida no es sino una garganta que te traga y te disuelve y te destruye. Los buenos momentos son sólo el chiste cruel de algún satírico fantasma.

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